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RODAJE

A lo largo del proceso de investigación y acercamiento con el personaje se generó una sólida intercomunicación acerca de la intervención que realizaría en su casa en el momento del rodaje y el porqué de ésta. Ya se han mencionado anteriormente los ejercicios participativos y creativos que propuse hacer con Octaviano, estos momentos fueron de vital importancia para que él comprendiera la incidencia de mi trabajo como directora de arte no sólo en el documental, sino también en su vida.


Le planteé iniciar un proceso de sanación emocional a partir del conocimiento de sí mismo, apoyado por los códigos visuales que yo generaría desde mi percepción acerca de su vida. Los vacíos que acongojan su ser tienen que ver directamente con el sentimiento de frustración profesional en la música producto de la necesidad de dedicarse a las labores del campo, con la carencia de compañía femenina y con los miedos y rencores que le dejaron experiencias relacionadas con mujeres y su superstición, por esta razón los conceptos trabajados en la propuesta de dirección artística son: Vacío, Bach, Chopín, organicidad, compañía, magia, experiencia, enseñanza, autorreconocimiento y sanación.


El recuerdo es el primer paso para hacer conciencia sobre los nudos emocionales que han quedado en nuestras vidas, luego se procede a desatarlos. Basada en esta idea hice una selección de las historias más cercanas a los conceptos ya indicados, algunas de ellas me las contaron Octaviano y su hermana, otras las encontré en las entrevistas realizadas con anterioridad por Alexandra Gómez, las complementé con el archivo fotográfico de su familia y las ilustré en aras de disponerlas en la sala del personaje y sumergirlo en una introspección y reflexión sobre tales aspectos de su vida, este ejercicio también lo pensé como dispositivo de organización de información, una guía a manera de diario de vida que diera cuenta de temas clave, de los cuales era necesario hacer mención en el documental. Al llegar el primer día de rodaje le mostré las ilustraciones a Octaviano y le pregunté si le recordaban algo, efectivamente hizo un reconocimiento de las historias, le conmovieron especialmente en la que estaba su madre y la de un sueño que tuvo con su amiga Marisol.

Como resolución ética frente a los dilemas de la presencia del artilugio en el documental, decidí apostarle a la autorreferencialidad en mi propuesta de dirección de arte, develar los momentos en los que se me permitiera trucar algún espacio y hacer énfasis no sólo en su componente estético sino también en el funcional, fue muy satisfactorio observar cómo se cumplía este propósito durante el rodaje y cómo a medida que avanzaba el arco narrativo del documental la dirección de arte se volvía de cierta manera un personaje. De un lado acompañé las historias ilustradas con todos los elementos producidos para esta propuesta (collages, dibujos hechos por octaviano, guitarra construida entre los dos), los cuales contaban los propios códigos y procesos de realización audiovisual y de otro lado, en el transcurso del convivir con Octaviano se transformó completamente la percepción que teníamos sobre él, todos en el equipo de trabajo advertimos una nueva faceta de este hombre, así que grabamos nuestras reacciones y reflexiones al respecto, como consecuencia de la variación de la imagen del personaje, llegó una transformación de las intenciones comunicativas, en ese momento recordé las palabras de Maria Camila Agudelo en la entrevista que le realicé “En el documental sólo hay planeación que se desplanea”, entonces rediseñé el orden en el cual procedería a ejecutar mi propuesta, puesto que en un principio pensaba hacer una trasformación del lugar con una construcción progresiva de los decorados, pero luego mutó a una deconstrucción para la confrontación.


Los diseños que hice evidentemente fueron concebidos para ser vistos por un público, pero más que eso me importaba que el personaje entrara en un diálogo directo con ellos, como si fuera consigo mismo, porque finalmente son sus historias hechas imagen, en el momento de grabar en este decorado, Octaviano casi no hacía uso del espacio intervenido, sino que se movía hacia otros rincones de su casa de forma inconsciente, puesto que estaba más interesado en mostrar sus habilidades musicales que en contar las historias, siendo perfectamente válida esa actitud suya determiné que en el decorado de la cocina tendría que aplicar el diseño en sus 360 grados, para darle total libertad de interacción con el espacio sin tener que preocuparme de una modificación en el estilo visual del documental.


Cuando Alexandra, la directora, inició el diálogo de confrontación con el personaje empecé a rasgar los papeles y a desmontar las luces e ilustraciones, noté la sorpresa de éste, pero no hizo comentario alguno frente a la cámara, una vez finalizaron la conversación Octaviano dijo que sintió que el corazón se le partía cuando quité los decorados y me preguntó el motivo, en ese momento sentí que había logrado mover una fibra emocional y generar una reflexión, en un proceso de sanación pueden existir guías o lumbreras, pero éste no se da completamente si no existe una voluntad propia de aprendizaje y cambio, yo quería brindarle una compañía y mostrarle una posibilidad a través de los dibujos, pero sólo él es quien puede vencer sus egos y sus miedos, entonces le expliqué que retornaría al concepto del vacío, quitaría el color y quedaría de nuevo él, sólo consigo mismo, en el camino de reconocer y sanar por su propia cuenta. Esta forma de confrontación más desde la acción que desde la pregunta le impactó y estuvo haciendo comentarios al respecto durante toda la noche, en cuanto llegó a una conclusión sobre esta situación le propuse volver a montar las historias, pero esta vez hacerlo juntos y mientras las pegábamos de nuevo en la pared él hablaba de esos sucesos.


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