Día 23

En la escritura del informe final recordé una situación que me hizo reflexionar sobre la naturaleza narrativa de este documental, si bien en un principio concebía que correspondía directamente a la vida y expresiones humanas de Octaviano, ahora incluyo dentro de ese paisaje a todo el equipo e realización, en especial a la directora y a mí, creo que realmente lo que terminamos documentando fue una experiencia colectiva emociones y percepciones, en la entrevista que realicé a Camila Agudelo, ella decía que había tenido un aprendizaje: “El documental no existe”, mi apreciación es que existe, pero que al igual que la vida, éste es un inmenso azar en el que incluso los objetivos mutan con el transcurrir del tiempo, sin embargo con ansias de profundizar un poco más en esta idea le escribí a Camila pidiéndole que me ampliara el panorama sobre el motivo por el cual llegó a esta conclusión, su respuesta fue que “n el documental mostramos una realidad y que además siendo intervenida desde arte pierde todo el carácter fundamental del documental, que es retratar la realidad tal como es” evidentemente ella está ligada a una visión más purista del documental, pero en este punto de mi investigación – creación ya tengo claro que mi percepción sobre éste, no como el registro de la realidad sino como un gesto creativo que resignifica una realidad.

Estuve viendo the act of killing, un documental en el cual existe una develación de los propios códigos audiovisuales y el cual me servirá para ponerlo en términos comparativos frente a la decisión de apostarle a la autorreferencialidad en mi propuesta de dirección de arte, develar los momentos en los que se me permitiera trucar algún espacio y hacer énfasis no sólo en su componente estético sino también en el funcional.